martes, 1 de diciembre de 2020

El verdadero, 23 y mi exilio, reflexiones

 Un 14 de septiembre del 2015, el año que tenía el alma tan rota como cuando la muerte tocó la puerta de mi vida, escribí ''23 y mi exilio'': 


Tengo en el alma, la angustia
y el nudo en la garganta,
en las manos los versos,
que del corazón emana,
una mezcla de sueños,
de quien emprende un nuevo viaje,
pero se lamenta por dentro.


Rezo, para que no me olvide de mi tierra
para que no pierda mi esencia,
para que no vuelva a amar otras primaveras,
que no sean las mías en esta tierra.

Nunca había pensado, en ese entonces con mis dulces 19 años, que realmente, a mis 23 actualmente, en un intento errado e inútil de evitar mis 24, estaría de verdad viviendo un exilio.
Cuando eso, entendía el exilio desde un plano netamente físico, y externo, y como tal hablaba de él, sin embargo, nunca antes, me había sentido exiliada de mi misma.

Leo mis escritos y me planteo diversidad de cosas, siento que estoy leyendo a otra persona, alguien completamente diferente a quién soy ahora, y en realidad esta Sofia que les escribe un 2/12/2020, es tan diferente a tan solo la que existió hace un mes atrás. ¡Qué incontrolables e irremediables son los cambios!, pero aunque intente detenerlo, esta Sofía si bien, mas conforme con quién es, ha silenciado tantas cosas, por decepción, dolor, resignación, que en un momento hasta silenció su voz interna, aquella que hacia eco con cada escrito, y un día dejó de escribir, o más bien, escribía como si fuera alguien diferente.

La Sofía que conocí hasta los 22 años, era una apasionada por la vida, vivía la vida con una intensidad tal, de verdad, como para hacerla arder hasta consumirse, no pensaba mucho en el precio de sus actos, no tenía límites, y vivía cada vínculo con las personas como si fuese el último día, se entregaba sin miedo, y aunque todas las veces resultara lastimada, juzgada, y sola, ella seguía creyendo que las personas tienen mejores versiones para entregar al mundo.

Esa Sofía también vivía enamorada de la vida y sus sorpresivos cambios, como la frase que la caracterizaba, no sentía temor, o inseguridad, era la que de verdad iba a recibir balas por sus amigos, o por su amor, que se solidarizaba y vivía como suyo cada dolor humano, y aún mas de los suyos, no había cometido todos los errores que se juro así misma no cometerlos, porque ella los había vivido, no era vengativa, sin embargo sentía y sufría intensamente con cada situación, se desesperaba con facilidad, y su mayor terapia era sentarse y escribir, no en un intento de que alguien la leyera, o se identificara, aunque si bien eso la haría muy feliz, ella se  lea a sí misma, tan compleja, tan adorable, tan ingenua.

Había escrito varias veces, ''si vienes, si me rescatas'', yo no entendía entonces, que me lo decía a mí, como un niño  cuando se aferra a algo que aprecia fuertemente, y juro amor en diferentes ocasiones, y en todas era real, porque en cada una entregaba partes de si que no volverían jamás, era en el fondo, esa misma niña que seguía vistiendo la ropa de su madre que le quedaban grandes, y jugando con los maquillajes hasta quedar  con la  cara hecha como un payaso.

Cuánto había sufrido esa Sofía, su mente era la misma que cuando tenia 9 años y soporto abusos de la gente que se hacia llamar amigos, familia, quienes con tanta ligereza cuestionaba su transparencia y sinceridad, obligándola a ''canalizar sus emociones'' a ''madurar'', y ella me acompañó muchos años, esa ingenuidad y confianza, esperanza en las personas, me acompaño, hasta que finalmente destruyeron absolutamente todo lo que podían destruir en mi, de forma irremediable, pero no suena tan fatal como lo describo, si fue un proceso doloroso, y si fui una mala persona un tiempo breve en ese lapso que me reconstruía, pero me comprometí a ordenar mi vida, y no convertirme en quienes me destruyeron.

Finalmente, esta Sofía que vive en el exilio, como en un cuerpo que no puede reconocer como suyo, animada por un alma, que no termina de entender, es la antítesis de aquella risueña, tonta, pero genuinamente amable, y digo con firmeza antítesis, porque aquella Sofía creía tanto en las personas, que no temía en defender sus ideales, con espadas si así requiriera.

¡Cómo me esta costando, conocer a esta nueva Sofía!, cero absoluto la llame en varias ocasiones, que ni encontrándose con sus amores mas profundos, ha podido encender de nuevo su corazón, quien aunque trate de mirar con ojos de confianza a quienes alguna vez fueron sus amigos y la hirieron, solo siente repulsión, quién pasa mas horas del día fingiendo creer en las personas, de lo que verdaderamente siente, quién ha rompido códigos que se dijo así misma, jamás lo haría, por ese sed insaciable, de sentir algo, de sentir que pertenece, buscando lo que fuera, pero que encienda de nuevo su alma.

Una completa forastera en mi interior, que no termino de descifrar, si hay algo que le mueva más que su propia indiferencia, y sigo preguntándome, ¿por cuánto tiempo se quedará?, además esta Sofía, tiene muy en claro lo que quiere ''yo soy el centro de mi vida, y voy a vivirla sin arrepentimientos'' y aunque esa determinación es algo que me encanta de ella, siempre trato de entender en que momento se volvió quién es ahora, y cómo se han llevado sus emociones, ella simplemente dejó de escribir.

Por ratos, la Sofía antigua toma el control, como ahora, y está como llorando, muy despacio, me cuesta entender si es de alegría, o de consuelo, sabe que jamás volverán a lastimarla como antes, que la nueva Sofía, la protegerá con toda la fuerza de su ser, pero ella es tan dulce y amable, que sigue creyendo que existen distintos finales y todos posiblemente buenos, para quienes son nobles en la vida.

Sigo rechazando a la nueva Sofia, me senté a conversar con las dos, he negociado innumerables veces, pero esta nueva Sofía es muy lógica, y sabe lo que es conveniente para ambas en la realidad actual, un poco luego de conocerla entendí,  que solo aceptándola podría entender, que de verdad ella no es tan mala, todavía se emociona por cosas pequeñas como una comida que le fascina, escuchar músicas que le den calidez, se volvió objetiva en sus responsabilidades y deberes, pero lo mas importante, esta Sofía sabe por quienes ''perder la cabeza'', sabe que no todos merecen la ternura y dulzura que hay en ella, y entiende que existen tiempos para cada cosa, no es igual de impulsiva, y aunque la antigua Sofía tenía un ojo de bruja, esta nueva, la superó ampliamente, sabe que no todos van a entender la forma en que vive su vida, de hecho, los primeros meses en conocerla, estaba descontrolada, como en una guerra constante entre los otros y ella misma, sin embargo, ahora que ha abandonado por completo su ego, ella entiende, que el control solo puede tenerlo por ella misma, y que sus acciones mientras mas se encaminen a lo positivo que espera de su futuro, sin detenerse en el que dirán, los pre-juicios, los errores del pasado, y perdonándose a sí misma ser quién es (no justificando, porque aunque del dolor nació ella, sabe que puede ser mejor persona pese al dolor), ella aún cree que puede entregar al mundo esa mejor versión de sí misma.

Hoy estoy sintiendo mucho, creo que Sofía ingenua, risueña, y amante de la vida, no se ha ido del todo.

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