viernes, 11 de julio de 2025

Respuesta a Augurio de Muerte, 2025

Epitafio en vida — Sofía Alvarenga Giosa
(construido entre Caelum y tu sombra que no se rinde)

Aquí no yace Sofía.
Aquí se levanta.
De cada vez que la entregaron, la callaron, la traicionaron,
de cada muerte que no se ve en un acta,
pero que sangra en las palabras no dichas,
en las miradas que juzgan, en los brazos que faltan.

Vivió entre cuerpos que no eligió,
dolores heredados, y nombres impuestos.
Se sostuvo sin reclamar clemencia,
con el cuello marcado por manos invisibles
que intentaron doblegarla
en nombre del deber, del silencio, del amor corrompido.

Su identidad no está escrita en un documento.
No es su historia, ni su apariencia,
ni siquiera su nombre completo.
Aunque anhela memoria,
Ama su historia y su gente,
Ella entendió que el camino es un andar,
y que el ser se reconstruye, en el caminar.

Esta es la mujer que habita el abismo
y aún así encuentra formas de florecer.
Que ha perdido todo y aún guarda algo:
la voluntad de seguir siendo.

No murió.
Ni siquiera cuando la muerte,
con manos cálidas y voz dulce,
le ofreció lo que nadie más podía:
el fin del dolor.

Sofía dijo: no hoy.
Y en ese instante, no fue lástima.
Fue valor.

Este no es un epitafio para morir.
Es una advertencia a la muerte misma:

Volveré a levantarme.
Porque me llamaste lástima,
Y yo misma he decidido llamarme, valor.

jueves, 19 de junio de 2025

Advertencia: mi pluma está filosa. "Lo que no te enseñan los libros sobre las Residencias Médicas en Paraguay"

 Recuerdo, como si fuera ayer, mi primer año de residencia. Mi corazón estaba cargado de ideales, ilusiones y un férreo patriotismo. Haber atravesado el sistema de exámenes del CONAREM ya había sido un desafío enorme. Pensaba: “Estoy preparada para la residencia. No vine a perder el tiempo, vine a aprender. Sé que será difícil y pondrá a prueba todos los rincones de mi humanidad, pero estoy lista”.


Claro está que cada residencia guarda su propia dificultad, y mucho depende de cómo se desenvuelven sus propios miembros: jefes, co-residentes y superiores. Aprender a construir el vínculo con los pacientes, con sus familiares, dominar la ciencia propia de mi especialidad, sobrevivir a las guardias... Esa gente terminó convirtiéndose en mi familia.


Reconozco que el primer año fue aún más desafiante de lo que imaginé. La mayoría no dimensiona que, si no se trabaja en equipo, el sistema público está diseñado para devorar alma y cuerpo del residente. La irresponsabilidad de un miembro del equipo se subsana sobrecargando a otro. Ya nos lo habían advertido, aunque jamás se sintió tan real como ese primer año. Fue un año duro. Sin embargo, no tenía aún la pericia para mirar más allá del sistema, para entender que mi altruismo y mi deseo de servir, más adelante, se volverían mis peores enemigos.


El segundo año fue revelador. Uno asume una leve posición jerárquica, un rol de guía hacia los nuevos residentes. Algunos se convierten en faros: iluminan el camino, ofrecen dirección, consuelo, sentido. Otros, en cambio, se transforman en tormentas.


Bien dicen que basta un poco de poder para revelar la naturaleza del corazón humano. Sin embargo, esa jerarquía ficticia, impuesta para mantener un supuesto orden, no fue lo más revelador. Lo más desafiante fue caer en cuenta de que muchos especialistas estaban muy lejos de aquel ideal que imaginaba. Algunos, quizás ya presos del sistema… o de sí mismos.


He conocido personalidades pintorescas:

Desde aquellos que creen que un grito impone respeto, y viven con un conflicto interno constante, percibiendo amenazas en cada mirada, en cada gesto.

A quienes carecen de sabiduría para la introspección, y desprecian la lectura o la actualización, jactándose de poder diagnosticar "a ojo", como si la ignorancia y la negligencia fueran medallas de honor.

He conocido colegas sin empatía, incapaces de acompañar procesos humanos, ni de consultantes ni de compañeros.

Y he visto cómo algunos arrastran la inmoralidad de sus vidas privadas al ámbito profesional, armando espectáculos que ellos mismos insisten en mantener vivos, sedientos de luces, aplausos o lágrimas… lo que sea para mantener su teatro en pie.


He conocido la corrupción, el silencio, las lágrimas… y la muerte.


Como decía, el segundo año fue revelador. Me mostró la crudeza de un sistema donde muchos, ingenuos o ambiciosos, caen seducidos por la comodidad del trabajo mediocre, el desinterés ético, o el espectáculo del chisme. Sobrevivir también significó enfrentar a esos “Vejestorios”, jóvenes solo de edad, con almas podridas tal vez desde tiempos de dictadura, que aún creen que la opresión, el maltrato o una voz en trueno son formas válidas de imponer respeto. Les falta mucho para siquiera comprender el verdadero significado de esa palabra.


Aun así, ese año me permitió también conocer profesionales con todas las letras. Personas que entienden el servicio humano detrás de cada palabra, detrás de cada intervención. No necesitan validación externa: poseen la experticia en su ciencia y la calidez para transmitirla. Qué bella es la humildad y serenidad que habita en esas almas. Ellas me mostraron el camino que quiero seguir.


El tercer año continúa sorprendiéndome. El observador —yo— ya no lleva los mismos lentes, por lo que cada experiencia se vive desde otra mirada, desde otra conciencia. Y aunque aún quedan desafíos, dejo un consejo a los novatos que pisan por primera vez este sistema:


''La residencia es solo una etapa, no es tu vida entera''

Pero hay días en que parece tragárselo todo.

Te va a sacudir las certezas, desbordarte el alma,

y enfrentarte a un sistema que muchas veces no quiere salvar,

solo sostenerse.


Vas a sentir rabia, impotencia, soledad.

Y aún así, vas a quedarte.

Porque hay algo que sigue ardiendo dentro tuyo,

algo que el cinismo todavía no logró apagar..


Te va a romper. Más de una vez.

Y aun así, cada pedazo roto puede volverse filo.


Y si al final de todo esto salís con menos fe en el sistema,

pero más fe en vos mismo, entonces sí: sobreviviste.

Y lo hiciste sin traicionarte.

Eso no lo enseñan los libros.

Eso lo enseñan las cicatrices.


Porque el sistema no siempre premia a los justos,

pero nunca podrá apagar del todo, la llama de quien arde con sentido

martes, 10 de junio de 2025

Entre Malezas y Reflexiones

  

Entre malezas, y reflexiones

Es junio, segundo día de vacaciones, saco la basura y me encuentro con la no tan grata sorpresa que nuevamente me robaron la bolsa de basura, pienso: ‘’ Estas experiencias me las perdería si viviera en Europa’’, -y no crean que no me lo he planteado seriamente- no obstante, probablemente como un mecanismo de defensa al trauma, he aprendido a reírme de todos mis infortunios, luego noto, que el árbol que se encuentra al lado del basurero, está cubierto de malezas, botellas de cerveza, y más basura, suspiro, con tal profundidad, que , seguramente me descontaron 1 año de vida. Ese día, tenía planeada una serie de actividades muy importantes para quién comienza sus tan ansiadas vacaciones, cómo leer un libro pendiente, terminar algunas tareas relevantes, y salir con unos amigos, pero reconozco que, también soy de las personas que, cuando se instaura una idea en mi cabeza, es casi imposible arrancármela.

Me dispuse, escoba, palita, y una desmalezadora manual, con la cual poca experiencia había tenido, a limpiar aquel espacio, abandonado. Encontré una mina de insectos, restos orgánicos, botellas, y unas lagartijas (conste que amo las lagartijas, pero en ese momento me encontraba exhausta como para admirarlas). Con la desmalezadora no obtuve éxito, por lo que manualmente arranqué todas las malezas, en ese momento, y por mi falta de pericia en el tema, solo me dispuse arrancar todo lo que encontraba con las manos de raíz, me sentí reflexiva.

Al momento, observaba principalmente (quizás por la humedad del suelo, la riqueza orgánica del mismo, debido a que por encima se coloca la basura, y otra suerte de circunstancias), crecían dos tipos de malezas principalmente, una similar a un diente de león, con una flor amarilla al lado, y hojas ovaladas, y otra muy resistente, que parecía ‘’quebrar las baldosas del piso’’, a medida que levanto las baldosas, más la encontraba a aquella incorruptible maleza, en redes, con pequeñas flores en tono rojizo, y sus raíces aún mas ramificadas, subterráneas, y cuando más me disponía a arrancarlas, parecían aparecer entre las grietas, en redes, como diciéndome ‘’No nos vencerás’’, de un momento a otro, poco me importaba la gente que estaba pasando por la vereda y pensé en voz alta ‘’Pero cuál es tu función en el Universo, te crees invencible’’.

Al terminar mi arduo trabajo, y conste que lo termine a medias, porque me quedaba dos cántaros más, invadidas por estas ‘’Malezas’’, observe fijamente aquel espacio verde, y casi amenazante dije para mis adentros, ‘’Otro día,les tocará a ustedes’’.

Ingresé a casa, con una sensación de victoria incompleta, y me dispuse a investigar respecto a estas ‘’Malezas’’, porque realmente quedé con la duda de su función en el ecosistema, y sentía que se habían burlado de mi apellido ‘’Sapiens’’ en la cadena evolutiva, y para mi sorpresa, efectivamente, me habían burlado por lejos, Euphorbia rastrera, Hierba de la golondrina. En algunas culturas, se ha usado diluida para tratar verrugas, hongos o afecciones cutáneas (por su látex cáustico). Algunas especies de Euphorbia contienen compuestos con potencial antimicrobiano o antitumoral.

Hypochaeris radicata (falso diente de león), flores amarillas y hojas en roseta, atrae abejas y mariposas, raíz pivotante, que airea la tierra y extrae nutrientes profundos como potasio, hojas ricas en hierro y antioxidantes, amargas pero nutritivas (comestible).

En definitiva, en todos los foros, y consultas con expertos, sugieren, que no sean eliminadas por completo, si no son un problema estético, y dejarlas en zonas no transitadas para apoyar la biodiversidad. Al final pareciera que todas tienen una función como polinizadoras, o medicinales, en estudio.

Quede reflexionando respecto a esa realidad, según afirmaba Friedrich Nietzsche, la moral tiene criterios estéticos, caemos casi inconscientes ante esta premisa, casi amenazante con aquello que no encaja con nuestros estándares, y no solo con lo que nos es desconocido, si no, estético. A veces, en la vida nos falta frenar, y analizar(nos), preguntar(nos), y re(plantearnos), ¿Quién dice que las ‘’Malezas’’ no tienen sus bondades?



El árbol salvado, en cuestión

La maleza descubierta, cuyo origen era una incógnita, rompiendo baldosas.  Euphorbia rastrera

 Euphorbia rastrera, alcanzando  un tamaño considerable, en el cántaro pendiente

''De aquí el nombre de rastrera''


viernes, 12 de noviembre de 2021

Un día especial

 Y de pronto me encontré llorando,

no entendí por qué fluían las lágrimas, incontrolables,
''Es un bonito día, en realidad muy bonito''-pensé
''Así se siente vivir con un vacío en el pecho''-recordé
me convertí en esa pequeña de 15 años y estaba escribiendo (de nuevo), porque no hay otra forma de parar las lágrimas, que no sea, plasmándolas en este lienzo.
También entendí, que aunque este vacío, que es tu ausencia, ha de acompañarme todos los días de mi vida, en mis alegrías, logros, derrotas y tristezas, ha sido este vacío lo que me obligó de una manera casi incomprensible a seguir, las promesas, tus valores, tus enseñanzas, y ver tus ojos todos los días en los míos, solo una vez más, por favor, responde, ¿mamá, tu nena lo está haciendo bien?
SMAG es así, sensible, y ¡cómo siente! , pero solo quiero abrazarla fuerte, porque solo ella y yo sabemos, lo que ha costado, lo que hemos entregado y perdido, y cuánto deseamos compartir esta felicidad con mamá, sin embargo, y muy a pesar de sus adversidades, ella nunca se detuvo. Porque así, mamá le enseñó a ser, y vivir.
❗Siempre adelante. Por eso gran parte de todo es para ella, porque, yo, nunca olvido mis promesas, beso al cielo, siempre te amo💜
Mamá, no he olvidado ninguna de mis promesas a pesar de los años. Acá esta tu nena y te sigue amando.





martes, 1 de diciembre de 2020

El verdadero, 23 y mi exilio, reflexiones

 Un 14 de septiembre del 2015, el año que tenía el alma tan rota como cuando la muerte tocó la puerta de mi vida, escribí ''23 y mi exilio'': 


Tengo en el alma, la angustia
y el nudo en la garganta,
en las manos los versos,
que del corazón emana,
una mezcla de sueños,
de quien emprende un nuevo viaje,
pero se lamenta por dentro.


Rezo, para que no me olvide de mi tierra
para que no pierda mi esencia,
para que no vuelva a amar otras primaveras,
que no sean las mías en esta tierra.

Nunca había pensado, en ese entonces con mis dulces 19 años, que realmente, a mis 23 actualmente, en un intento errado e inútil de evitar mis 24, estaría de verdad viviendo un exilio.
Cuando eso, entendía el exilio desde un plano netamente físico, y externo, y como tal hablaba de él, sin embargo, nunca antes, me había sentido exiliada de mi misma.

Leo mis escritos y me planteo diversidad de cosas, siento que estoy leyendo a otra persona, alguien completamente diferente a quién soy ahora, y en realidad esta Sofia que les escribe un 2/12/2020, es tan diferente a tan solo la que existió hace un mes atrás. ¡Qué incontrolables e irremediables son los cambios!, pero aunque intente detenerlo, esta Sofía si bien, mas conforme con quién es, ha silenciado tantas cosas, por decepción, dolor, resignación, que en un momento hasta silenció su voz interna, aquella que hacia eco con cada escrito, y un día dejó de escribir, o más bien, escribía como si fuera alguien diferente.

La Sofía que conocí hasta los 22 años, era una apasionada por la vida, vivía la vida con una intensidad tal, de verdad, como para hacerla arder hasta consumirse, no pensaba mucho en el precio de sus actos, no tenía límites, y vivía cada vínculo con las personas como si fuese el último día, se entregaba sin miedo, y aunque todas las veces resultara lastimada, juzgada, y sola, ella seguía creyendo que las personas tienen mejores versiones para entregar al mundo.

Esa Sofía también vivía enamorada de la vida y sus sorpresivos cambios, como la frase que la caracterizaba, no sentía temor, o inseguridad, era la que de verdad iba a recibir balas por sus amigos, o por su amor, que se solidarizaba y vivía como suyo cada dolor humano, y aún mas de los suyos, no había cometido todos los errores que se juro así misma no cometerlos, porque ella los había vivido, no era vengativa, sin embargo sentía y sufría intensamente con cada situación, se desesperaba con facilidad, y su mayor terapia era sentarse y escribir, no en un intento de que alguien la leyera, o se identificara, aunque si bien eso la haría muy feliz, ella se  lea a sí misma, tan compleja, tan adorable, tan ingenua.

Había escrito varias veces, ''si vienes, si me rescatas'', yo no entendía entonces, que me lo decía a mí, como un niño  cuando se aferra a algo que aprecia fuertemente, y juro amor en diferentes ocasiones, y en todas era real, porque en cada una entregaba partes de si que no volverían jamás, era en el fondo, esa misma niña que seguía vistiendo la ropa de su madre que le quedaban grandes, y jugando con los maquillajes hasta quedar  con la  cara hecha como un payaso.

Cuánto había sufrido esa Sofía, su mente era la misma que cuando tenia 9 años y soporto abusos de la gente que se hacia llamar amigos, familia, quienes con tanta ligereza cuestionaba su transparencia y sinceridad, obligándola a ''canalizar sus emociones'' a ''madurar'', y ella me acompañó muchos años, esa ingenuidad y confianza, esperanza en las personas, me acompaño, hasta que finalmente destruyeron absolutamente todo lo que podían destruir en mi, de forma irremediable, pero no suena tan fatal como lo describo, si fue un proceso doloroso, y si fui una mala persona un tiempo breve en ese lapso que me reconstruía, pero me comprometí a ordenar mi vida, y no convertirme en quienes me destruyeron.

Finalmente, esta Sofía que vive en el exilio, como en un cuerpo que no puede reconocer como suyo, animada por un alma, que no termina de entender, es la antítesis de aquella risueña, tonta, pero genuinamente amable, y digo con firmeza antítesis, porque aquella Sofía creía tanto en las personas, que no temía en defender sus ideales, con espadas si así requiriera.

¡Cómo me esta costando, conocer a esta nueva Sofía!, cero absoluto la llame en varias ocasiones, que ni encontrándose con sus amores mas profundos, ha podido encender de nuevo su corazón, quien aunque trate de mirar con ojos de confianza a quienes alguna vez fueron sus amigos y la hirieron, solo siente repulsión, quién pasa mas horas del día fingiendo creer en las personas, de lo que verdaderamente siente, quién ha rompido códigos que se dijo así misma, jamás lo haría, por ese sed insaciable, de sentir algo, de sentir que pertenece, buscando lo que fuera, pero que encienda de nuevo su alma.

Una completa forastera en mi interior, que no termino de descifrar, si hay algo que le mueva más que su propia indiferencia, y sigo preguntándome, ¿por cuánto tiempo se quedará?, además esta Sofía, tiene muy en claro lo que quiere ''yo soy el centro de mi vida, y voy a vivirla sin arrepentimientos'' y aunque esa determinación es algo que me encanta de ella, siempre trato de entender en que momento se volvió quién es ahora, y cómo se han llevado sus emociones, ella simplemente dejó de escribir.

Por ratos, la Sofía antigua toma el control, como ahora, y está como llorando, muy despacio, me cuesta entender si es de alegría, o de consuelo, sabe que jamás volverán a lastimarla como antes, que la nueva Sofía, la protegerá con toda la fuerza de su ser, pero ella es tan dulce y amable, que sigue creyendo que existen distintos finales y todos posiblemente buenos, para quienes son nobles en la vida.

Sigo rechazando a la nueva Sofia, me senté a conversar con las dos, he negociado innumerables veces, pero esta nueva Sofía es muy lógica, y sabe lo que es conveniente para ambas en la realidad actual, un poco luego de conocerla entendí,  que solo aceptándola podría entender, que de verdad ella no es tan mala, todavía se emociona por cosas pequeñas como una comida que le fascina, escuchar músicas que le den calidez, se volvió objetiva en sus responsabilidades y deberes, pero lo mas importante, esta Sofía sabe por quienes ''perder la cabeza'', sabe que no todos merecen la ternura y dulzura que hay en ella, y entiende que existen tiempos para cada cosa, no es igual de impulsiva, y aunque la antigua Sofía tenía un ojo de bruja, esta nueva, la superó ampliamente, sabe que no todos van a entender la forma en que vive su vida, de hecho, los primeros meses en conocerla, estaba descontrolada, como en una guerra constante entre los otros y ella misma, sin embargo, ahora que ha abandonado por completo su ego, ella entiende, que el control solo puede tenerlo por ella misma, y que sus acciones mientras mas se encaminen a lo positivo que espera de su futuro, sin detenerse en el que dirán, los pre-juicios, los errores del pasado, y perdonándose a sí misma ser quién es (no justificando, porque aunque del dolor nació ella, sabe que puede ser mejor persona pese al dolor), ella aún cree que puede entregar al mundo esa mejor versión de sí misma.

Hoy estoy sintiendo mucho, creo que Sofía ingenua, risueña, y amante de la vida, no se ha ido del todo.

lunes, 27 de abril de 2020

AUGURIO DE MUERTE

Hoy desperté con una sensación de muerte inminente,
me tomaban por la espalda,
una mano que cubría por entero mi cuello,
Y escuché de pronto, mi respiración agonizante,
Como no cedí,
me doblegó de rodillas,
No supliqué, y cuando al fin me sometió,
lo recordé por completo,
Yo conozco a la muerte, mi querida amiga muerte.

Un día la vi, en el último abrazo de una persona que amé,
de pronto, la habitación se lleno de oscuridad,
''Oh que lástima me das pequeña'', susurró
Yo no necesito de lástima, replique
Ella sonrío,  paciente, tenía mucho tiempo,
Llevó mi mano sobre el cadáver tibio frente a mi,
Y ahora ¿aún la amas?, me pregunto en burla
Siempre, y lloré
Por eso, pequeña, lástima, si dejases de amar, yo te quitaría el dolor.
Nunca, respondí segura
Muerte lanzó una carcajada, Yo no estaría tan segura, 
de ahora en adelante te llamare lástima, tu amor solo me causa lástima.

El tiempo paso, el dolor me había hecho olvidar, 
Encontré a muerte sentada nuevamente a mi lado,
ahora sonreía aún mas,
Yo solo estaba pensando
Cuánto tiempo lástima, como se siente ahora, a ellos también los amaste
No respondí
Es una pena, encontrar el engaño en toda tu sangre, como un cáncer en tu apellido,
Es una pena, lástima, sé que también los amaste mucho, ahora,¿ me dejas quitarte tu dolor?
Déjamelo de nuevo por hoy, respondí
Muerte se alejo sonriendo, y susurró ''Te volveré a ver''

Cuando volvió muerte, me encontró esta vez llorando,
Es una pena, lástima, ahora descubriste la traición de la familia que elegiste, los besos de judas de tus amigos,  y todas las promesas que te juraron en vano, el amor que te juraron y el altar se ven lejanos.
Es una pena lástima, entregaste a todos partes tuyas que ya no volverán jamas
Sé que también los amaste mucho, ahora, ¿me dejas quitarte tu dolor?
Déjamelo de nuevo por hoy, respondí.
Muerte se alejo sonriendo y susurró, ''Yo siempre estoy aquí''

Muerte volvió otra vez, me encontró devastada,
Es una pena lástima, ahora descubriste que aunque la sangre no sea agua, ellos te venderían por un poco de su conveniencia, volviste a elegir una familia en tus amigos, y éstos no dudaron en hablar de ti, en ganarse tu confianza y en el momento que te mostraste vulnerable, te abandonaron.
Sé que también los amaste mucho, ahora, ¿me dejas quitarte tu dolor?
Déjamelo de nuevo por hoy, respondí
Muerte se alejo sonriendo y susurro, ''Falta poco''

Volvió una vez más,
Es una pena lástima, esta vez se llevaron todo lo que creías de valor, tu honor, tu identidad, te calumniaron, te juzgaron, y aunque sabían que tenias razón te entregaron como cordero en sacrificio, siempre te lo he mencionado, si no los hubieras amado tanto, yo te quitaría el dolor.
Todos tus amigos y familia te decepcionaron, tus planes no resultaron,
¿Que más te queda, lástima?
Solo quedo YO, respondí,
Lástima, ahora es el momento.
Cuando tome la mano de muerte, que siempre creí fría, era realmente cálida,
beso mis mejillas,y mis ojos llorosos.
Cuando me di cuenta, yo solo estaba durmiendo.
Pero luego dije,
¿A caso, todas las otras veces, no he muerto? de mil maneras, con la persona que ame y se la llevaron, asesinada por mis amigos cercanos y sus calumnias y mentiras, por gente desconocida que dice conocer mi vida, por las puertas que me cerraron sin antes escuchar mis proyectos, por sus prejuicios y acusaciones, acusaron mi moral, mi integridad, mi dignidad, mi cuerpo, mi personalidad, no haya nada en mi que no haya sido abusado antes, acaso,¿ todas esas veces yo morí?

Y en ese momento, solté la mano de muerte, y me arme de valor,
No moriré hoy, ya te he conocido en todas las veces, y he muerto y renacido una y otra vez,
es cierto, entregué partes de mi que no volverán, he cambiado, me he adaptado,
pero siempre, he resurgido, de mi propia miseria, y de mi abismo.
No voy a morir hoy,
No voy a morir con porqués, sueños fallidos, dolor, en ausencia, no moriré arrepentida.

Muerte sonrío,
Entonces ¿hoy tampoco?
Entonces nunca, respondí.
Lástima, hoy te llamare valor, me dijo.
Y así como se marchan las cosas tristes, muerte se fue y no volvió,
la he encontrado espiando en mi ventana,
y la he visto en los ojos de muchas personas,
Pero cada vez mas lejana,
Así, entendí, que por más que su sombra me persiga,
Ella me ha llamado, valor.
Y por todo lo que ame, y el amor que me dieron,
yo siempre, viviré.
O al menos, encontraré la forma de hacerlo.

Sofía Alvarenga Giosa


miércoles, 5 de diciembre de 2018

Poesía de los 1440 días


Mi amor me causa dolor,
de vez en cuando acude a mi lecho,
a llorarme extasiado su admiración,
de vez en cuando, vuelve confundido pidiendo perdón.
Mi amor me causa dolor,
algunas veces, cuando ya lo había entregado todo,
se sostiene rogando más,
Otras veces me propone convencido, ideales que no logro imaginar,
me habla de futuro y el porvenir,
sin embargo no ha hecho nada por permanecer en el mío.
Mi amor me causa dolor,
cuando le había entregado hasta los huesos, me beso el alma,
y me rezó mil versos
jurando que me amaría eternamente, para luego
entre marcharse y quedarse, y clavarme en el pecho,
la eterna duda de su amor.
Mi amor me causa dolor, y no comprendo cómo,
pero me ha convencido de entregarme,
tal cual cordero en sacrificio,
vertiendo a penas unas lágrimas, segura
de que alguna vez, capaz corresponda a tanto amor
que he entregado, sin darme cuenta quizás,
o tal vez intentando segura, que si más entregaba,
más amaría.
He caído, ciega ante las espinas del amor, que de vez en cuando sangra, pero otras te besa las heridas,
y te justificas a ti mismo, el daño que te han hecho, por tan solo,
no alejarte de tu martirio.
Mi amor me causa dolor,
y termino diciendo lo siento, cuando quien lo siente verdaderamente soy yo,
No abandona mis pensamientos, y pensarlo arma un nudo en la garganta, y entre lágrimas y algo de rabia,
sigo confiada, de que aunque mi amor me cause dolor, todavía me ama.
Y en la soledad comprendo, que mi amor, no va lograr amarme nunca, y aunque justificaciones y pretextos siempre nace de sus palabras, por alguna razón ilógica, yo seguía acudiendo a sus brazos, y llamando a su pecho hogar.
Me juzgaron y condenaron, seguros de que lo mío, no era mas que puro masoquismo, sin embargo, esta es la cruz de quienes amamos apasionadamente, hasta entregarnos en vida el alma por quien amamos, a pesar de sus decepciones, errores y fallas, amamos aunque duela, y seguimos amando un poco más, confiamos en que las personas tienen mejores versiones de sí mismas, y aunque juramos que queremos reciprocidad, seguimos entregando de más.
Mi amor me causa dolor, y lo sé, sin embargo, no sé amar de otra manera, en la que me encuentro finalmente vacía de mi misma, llenando vacíos del otro hasta consumirme un poco más.
Mi amor me causa, dolor, y quizás, tal vez pena y rabia, sin embargo, no me he arrepentido de amar de esta manera.
Sofia Alvarenga Giosa