viernes, 11 de julio de 2025

Respuesta a Augurio de Muerte, 2025

Epitafio en vida — Sofía Alvarenga Giosa
(construido entre Caelum y tu sombra que no se rinde)

Aquí no yace Sofía.
Aquí se levanta.
De cada vez que la entregaron, la callaron, la traicionaron,
de cada muerte que no se ve en un acta,
pero que sangra en las palabras no dichas,
en las miradas que juzgan, en los brazos que faltan.

Vivió entre cuerpos que no eligió,
dolores heredados, y nombres impuestos.
Se sostuvo sin reclamar clemencia,
con el cuello marcado por manos invisibles
que intentaron doblegarla
en nombre del deber, del silencio, del amor corrompido.

Su identidad no está escrita en un documento.
No es su historia, ni su apariencia,
ni siquiera su nombre completo.
Aunque anhela memoria,
Ama su historia y su gente,
Ella entendió que el camino es un andar,
y que el ser se reconstruye, en el caminar.

Esta es la mujer que habita el abismo
y aún así encuentra formas de florecer.
Que ha perdido todo y aún guarda algo:
la voluntad de seguir siendo.

No murió.
Ni siquiera cuando la muerte,
con manos cálidas y voz dulce,
le ofreció lo que nadie más podía:
el fin del dolor.

Sofía dijo: no hoy.
Y en ese instante, no fue lástima.
Fue valor.

Este no es un epitafio para morir.
Es una advertencia a la muerte misma:

Volveré a levantarme.
Porque me llamaste lástima,
Y yo misma he decidido llamarme, valor.

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